dissabte, 14 de març del 2015

INTERVENCIÓN

Toda intervención parte de una evaluación exhaustiva y completa, de tal forma que se recojan todos los datos necesarios para posteriormente realizar un diagnóstico diferencial y una intervención adecuada al trastorno en cuestión. Esta evaluación ha de abarcar un análisis y estudio de la situación del niño en todos los ámbitos, así como también detectar el origen del problema y los síntomas significativos. De este modo ,el tratamiento además estará dirigido a todos aquellos aspectos que se encuentren deteriorados o alterados. Para realizar una correcta evaluación se analizarán los puntos que desarrollaremos a continuación:

-  Anamnesis

Para ello, ante un trastorno de la articulación (como es en este caso) primeramente es muy importante conocer la situación personal y familiar mediante una entrevista realizada a los mismos en la cual se abordarán tanto aspectos del lenguaje como aspectos referidos a la maduración en general. Así pues en la anamnesis deberán aparecer los siguientes datos:

1. Datos personales
  • Filiación:
    • Nombre y apellidos
    • fecha de nacimiento
    • dirección
    • nombre de los padres
    • número de hermanos y lugar que ocupa entre ellos
  • Historia personal:
    • Historia del problema que presenta
    • Circunstancias del embarazo y del parto
    • Enfermedades sufridas por el niño y disminuciones percibidas en su audición
    • Dificultades respiratorias
    • Desarrollo del lenguaje:
      • Cuando comenzó a hablar
      • Expresividad o retraimiento en su comunicación
    • Desarrollo psicomotor:
      • Cuando comenzó a andar solo
      • Habilidad manual que observan en él
    • Personalidad:
      • Actitud del niño en la vida familiar
      • Relación con los padres y hermanos
    • Escolaridad:
      • Actitud del niño frente al contexto escolar
      • Rendimiento
2. Datos familiares
  • Ocupación de los padres
  • Situación socio-económica
  • Antecedentes familiares del defecto del habla
  • Relaciones familiares
  • Actitud de los padres frente al problema del niño

diumenge, 8 de març del 2015

PREVENCIÓN 

Es de gran importancia la prevención de cualquier tipo de trastorno del habla. En nuestro caso, la dislalia, forma parte de las etapas de desarrollo del lenguaje de Educación Infantil y aunque no existe una edad fija de superación, generalmente a partir de los cinco años debe de haberse corregido de forma espontánea los errores articulatorios. Por tanto, es recomendable poner en marcha una serie de estrategias para prevenir las dislalias con la finalidad de evitar que las dificultades persistan durante años posteriores. Este tipo de estrategias están destinadas a:

  • Estimular la maduración de las coordinaciones motrices de los órganos buco- fonatorios del niño/a ya que la articulación correcta de un determinado fonema exige la sincronización de movimientos muy precisos.
  • Facilitar el reconocimiento de los estímulos sonoros (percepciones auditivo-verbales) debido a que una correcta producción requiere una buena percepción del habla. 

Así pues, no se trata de corregir las dislalias, ya que en estos casos no se plantea una intervención formal como tal, sino que más bien se ha de preparar al niño/a para que los errores articulatorios que son normales en edades tempranas sigan un proceso de recuperación espontánea adecuado. Además, también es una forma de detectar las verdaderas patologías para que puedan ser tratadas lo más tempranamente posible. 

A continuación, se muestra un vídeo donde se explican algunos ejercicios que pueden ser aplicados en fases tempranas para evitar la cronificación de las dificultades articulatorias: